miércoles, 28 de septiembre de 2011

Al fin sus corazones se encuentran (5)

Nos quedamos unos minutos en silencio. Observándonos. Sintiéndonos. No hacían falta palabras. Nuestros recuerdos son poderosos y sin embargo, ambos hemos cambiado. A parte de que hemos crecido, Miranda ha estado muy sola, puedo sentirlo. Adora a su familia, pero echa algo en falta. Su corazón me lo está contando todo, aunque no tiene las respuestas. Yo sí tengo algunas, pero no puedo decírselas yo mismo. Eso que echaba en  falta estaba en la comunidad y hasta los dieciséis años no lo saboreará de primera mano, pero el no poder sentir nada de nada es mucho peor. Al estar cerca de nuestros iguales, todos los sentidos se agudizan y podemos sentirlo todo más cerca, aunque hasta los dieciséis años no nos transformamos.
La gente la ha tratado mal, sobre todo en el instituto. Pude percibir su lastimado corazón la última vez que la vi, acababa de cumplir los catorce años. Ya de aquella era bastante madura, pero la tristeza y la marginación la habían hecho madurar más y ser más fuerte. Aunque esa fortaleza podía ser un problema en el momento de aceptar su verdadera naturaleza y su verdadero pasado. Después de eso volverá a ser  la misma Miranda de siempre. Ojalá. La echo de menos.



Josh ha cambiado. Ahora es más alto que yo. Sigue siendo delgado, pero es más fuerte. Su pelo sigue siendo tan rubio como siempre. Sin embargo, había algo distinto en él. No sé el qué, pero sé perfectamente que algo en él es diferente. Sus ojos, su pelo, todo en él es más... ¿salvaje? Su corazón también ha cambiado. Ahora es más impetuoso, fuerte y parece estarse curando de una gran herida. Una herida de dos años. ¿Qué le habrá pasado hace dos años que le provocó semejante herida? También puedo sentir algo cálido en él. Está feliz. Me lo está contando todo. Puedo sentirlo. Todo esto es demasiado extraño, pero ahora que le he encontrado, todo lo demás no importa. Le he extrañado tanto. Siempre he sentido en mi interior que me faltaba algo, pero nunca supe el qué. Ahora siento que mi corazón está completo y exultante. No puedo perderle.
Tengo aún muchas preguntas, demasiadas para mí. Tengo tiempo de resolverlas, pero ahora que me las hago, me pregunto si mi vida ha sido toda una mentira. Ya que según mi mente nunca en mi vida he visto a Josh, a Jeffrey o a cualquiera de los dos amigos de Josh (¿Cómo puedo saber que son amigos?). En cambio, según mi corazón Josh y yo nos conocemos desde siempre. Incluso puedo recordar muchas tardes juntos explorando el bosque. ¡Un momento! Una imagen ha venido a mi mente. Extraña e ilógica. Estoy en el medio de un pueblo esperando a alguien. Josh llega y se sienta a mi lado. Seguimos esperando. Poco después aparece un lobo enorme y mi hermano está en su espalda. Lo extraño es que mi hermano tiene siete años, más o menos. Deduzco de esto que hemos abandonado la comunidad hace poco tiempo. Pero entonces... ¿por qué no puedo recordar nada más?
-Miranda, pronto lo recordarás todo. Te lo aseguro. Pero no debes tener prisa. Todo a su tiempo.
Josh está muy tranquilo. Su corazón está relajado, calmado... Está... disfrutando. Yo tenía demasiadas incógnitas como para relajarme. Es imposible...
-¿Cómo puedes estar disfrutando? -se lo pregunté sin pensármelo dos veces.
-¿Disfrutando? -parecía sorprendido y al segundo siguiente se puso colorado como un tomate. Eso sí que me sorprendió mucho, ya que nunca le había visto ruborizarse.
-Sí. No digas que no, porque puedo sentirlo.
-Es que... hacía mucho tiempo que no estábamos así de bien... En el bosque... Relajados... Sin problemas...
-¿Sin problemas? Ahí te equivocas. Ahora vienen los problemas, y todos juntos. Son demasiadas las cosas que resolver -nos quedamos en silencio. Josh con el ceño fruncido pensando en todo, como siempre. Yo buceando en mis recuerdos, buscando algo nuevo de mi pasado-. Josh, ¿no habrás cambiado tanto que ahora tengo que ser yo la realista y tú, el soñador?
-No, tanto no he cambiado. Puedes estar tranquila. Todavía sigo teniendo en los hombros todas las responsabilidades del pueblo. Incluso más que mi abuelo -esto último lo dijo muy bajo, para él, pero lo escuché y sentí su rabia y su decepción. Habían cambiado cosas. Tenía que ponerme al corriente de todo. Fue mucho tiempo el que pasó desde que me fui. O eso creo.
-Todo volverá a la normalidad, Joshua Daniel Rossma -no sé por qué lo dije, pero sentí que debía hacerlo, como una tradición.
-Lo sé y ese regreso ha empezado desde que te encontré, Miranda Clare Grewman, pero costará. Tendremos que enfrentarnos a mucha gente más fuerte que nosotros -lo dijo y yo lo sentí realmente, pero también sentí otra cosa profundamente:
-No hay nadie más fuerte que nosotros, Josh.
-Tienes razón, Miranda.
Sonreí. Podía sonreír otra vez. Pero siempre con él.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Al fin sus corazones se encuentran (4)

Ya no lo soporto más. Necesito volver a sentirla cerca. Además ahora, Jeff ha aflojado la pared. Intentaré acercarme y no ser demasiado brusco para que Miranda no se asuste. Los dos siguen hablando y ella sonreía. Está bien o mejor, al menos. Es lo único que puedo sentir. Antes podíamos sentirnos totalmente aunque ella estuviera en su casa y yo en la mía, incluso hablarnos. Así fue como construímos nuestra amistad y más que eso. Pero...
Justo el día que se lo iba a decir. Lo más importante que habría dicho en mi vida. Y su abuelo va y decide largarse con toda su familia y separarnos. Cómo me dolió. Sentí como se me desgarraba el corazón con cada metro que ella se alejaba. 
Ahora todo volverá a ser igual que antes. Pero tendremos que volver a empezar otra vez. Aunque solo hace dos años que se fueron, hemos cambiado mucho y además, a Miranda le hicieron un bloqueo mental. Entró en un estado de shock o algo así. Eso es muy cruel. Tanto que dentro de la comunidad está prohibido. Aquel viejo cascarrabias no tuvo ningún tipo de compasión. Bloqueó a Miranda, a Marcos y algo a sus padres. Ha borrado catorce años de sus vidas. Supongo que a partir de ahora empezará a recordar.
-Bueno, Eric, tú vuelve al pueblo y habla con mi abuelo Dani. Él sabrá qué hacer ahora y hablará con el jefe.
-Vale. ¿Le cuento también que la hemos encontrado?
-Sí. A él sí, pero a nadie más. Y ni se lo menciones a mi madre. Andy, si tal da unas vueltas, por si ves algo que he pasado por alto. Después puedes volver a casa. Por hoy no tenemos que preocuparnos más, pero sí mañana.
-De acuerdo, pero... ¿y ella? Es mi...
-Ya lo sé. Pero Jeffrey dice que es demasiado pronto, que llegaría a ser peligroso para ella. La llevaremos junto a sus padres, de momento.
-¿Vas a tardar mucho JD?
-Tardaré lo que necesite. Tranquilos, no haré ninguna tontería. Conozco perfectamente todos los riesgos y consecuencias. Volveré para cenar.
Les di la espalda y me dirigí lentamente hacia Miranda y Jeff, las dos personas que mejor me conocen en este mundo. Sentí mi corazón latir más fuerte, intentando llamar la atención del corazón de Miranda.
"Contrólate chico. Sabes que puedes perderla otra vez. No aceleres las cosas". Jeff me estaba mirando de reojo y con mala cara. Me sorprende lo protector que está con Miranda en este momento, incluso me molesta un poco.
"Lo estoy intentando. Conozco las consecuencias. No pienso volver a perderla. La necesito. No puedo seguir sin ella". La presencia de Jeff se apartó lentamente y dejó su lugar.
-Jeffrey, no te vayas -oir aquellas palabras de la boca de Miranda me dolió. Todavía no confiaba en mí.
-Tranquila, no pasa nada. Todo va a ir bien.
-Pero... ¿cuándo?
-Cuando llegue el momento lo sentirás. JD no te pases. Contrólate.
-Puedes estar seguro. Aprendí del pasado.
Era verdad. Todavía puedo recordar el dolor de cuando Miranda tuvo que irse. Aún puedo sentirlo. Así que no voy a estropearlo esta vez. Poco a poco todo volverá a la normalidad.
Me senté a su lado. Tenerla tan cerca era para mí un alivio a aquellos dos años sin ella. Jeffrey nos dejó solos y se internó en el bosque, pero aún me dirigió una última advertencia:
"Consigue controlarte. No debe saberlo todo por ti, tiene que recordarlo. Es lo mejor para ella, sobre todo teniendo su dieciséis cumpleaños tan cerca. Es demasiado arriesgado y peligroso".
Miranda está incómoda, lo noto. Me alejo un poco, y otro poco más...
-No... No te vayas otra vez, por favor, Josh -vi en su cara el miedo y pude sentir en su corazón el terror a la soledad.
-No. Tranquila. Ahora que te he encontrado no me iré a ninguna parte. No pienso dejarte. Te he echado demasiado de menos.
Mis palabras no la asustaron. Siento como se tranquiliza. Se acercó a mí y me cogió la mano derecha. Ella anhelaba ese contacto tanto como yo... Y los dos lo sabíamos...
¡Un momento! He pasado un pequeño detalle por alto. ¿Me ha llamado Josh? Entonces es que algo ha recordado...
-Aunque no me acuerde de todo lo demás ni de lo que ha pasado durante años, de ti sí que me acuerdo y de algunas cosas que hicimos juntos. Lo sentí cuando me cogiste en la cascada y cuando te oí hablar con Eric y Andy.
Aquello me llenó por dentro totalmente. Me sentía feliz. Ahora podía pasar cualquier cosa, que nadie conseguiría esfumar esta felicidad de mi corazón.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Al fin sus corazones se encuentran (3)

¿¡Josh!? Me giré rápidamente. A unos veinte metros estaba el mejor amigo de mi corazón. Le vi girarse unos centímetros mientras hablaba. Nuestros ojos se encontraron. Fue el momento más extraño y maravilloso de mi vida. De inmediato mi mente recreó una escena de cuando era más pequeña. Estaba corriendo por el bosque. ¿Este bosque? Con un chico, quizás dos años mayor que yo, rubio, de mi estatura y delgado, pero ágil. Gritábamos y nos reíamos mucho. estábamos escapando de... ¿un lobo, más grande de lo normal y de un negro brillante? Y ese lobo no nos perseguía con ira o ferocidad, sino que estaba jugando con nosotros. ¡Qué raro!
-Josh -murmuré muy bajito para que solo me escuchara Jeffrey. No sé por qué  pero confiaba en él sin apenas conocerlo.
-Sí, es él. Te dije que tu corazón tenía todas las respuestas.
Yo lo conocía, mucho y bien. Ahora empiezo a recordar ciertos detalles. Todo el mundo lo llamaba JD, solo yo y su abuelo Daniel lo llamábamos por su nombre. Le gustaba mucho el bosque. Sobre todo un lugar que era justo el centro del bosque en el que había una especie de lago pequeño entre cuatro robles centenarios. Me lo enseñó cuando yo tenía ocho años. Después de eso íbamos allí cada año. También me acuerdo de que aunque nos llevamos dos años, nunca me trató como a una niña... ni como a una hermana pequeña...
-Necesito... -en realidad no sabía qué necesitaba, pero sí que tenía que moverme y acortar distancias. No puedo soportar estar tanto tiempo quieta y tan lejos de él. Hice un amago de moverme, pero Jeffrey me detuvo.
-No te muevas aún. Todavía estás muy débil. No puedes sentirlo todo aunque quieras. Te marearías. Hazme caso.
-Pero... ¿por qué no viene? Necesito... -lo único que hice fue levantar la mano, abrirla y cerrarla. Solo hice eso pero Jeffrey me entendió a la perfección. Siempre lo ha hecho. ¿Eh? Parece como si algo en mi mente despertara y pensara por sí solo.
-Porque yo lo mantengo alejado. Te lo he dicho, es demasiado pronto. Si de repente sientes mucho puedes hasta quedarte inconsciente. Hablo en serio. Por favor, confía en mí.
-Sí que confío en ti, Jeffrey, pero...
-¿Cómo sabes mi nombre? -me miró extrañado y asombrado a la vez.
-Pues porque lo han dicho aquellos chicos de allí antes.
-¿Pudiste escuchar lo que han dicho desde aquí?
-Sí, fue muy fácil.
-Dime que es lo que está diciendo ahora Eric, el chico de tu edad. El que tiene la camiseta a rayas.
-Pues está hablando sobre... la comunidad... que deben extremarse las medidas de seguridad y poner algunos vigilantes durante las noches propicias... ¿Qué son las noches propicias?
-Fantástico. Bueno, eso ya lo averiguarás. Otra cosa... Dime qué siente Andy, a grandes rasgos. Es un chico algo complicado.
-Pues en realidad, no lo es tanto. Está muy cabreado con alguien que le ha traicionado a él y a otra persona. Confusión. Aunque tiene esperanza... O algo así...
-Vaya. Interesante. Ahora dime algo de JD con el corazón.
-No sé si debo... Es él.
-No te preocupes. Ahora mismo soy la segunda persona que mejor lo conoce y la primera eres tú. Tengo un vínculo especial con él. Puedo comunicarme fácilmente con JD, aunque no tanto como tú. Recuerda que soy yo quien lo mantiene alejado de ti.
-En ese caso... Josh siempre ha tenido un corazón muy fuerte, por lo que es fácil saber sobre él. Aunque es muy complicado. Ahora... está bastante furioso consigo mismo y con alguien. También está contento por... -no pude evitar ruborizarme- por... volver a encontrarme, aunque lamenta que fuese de esta manera -hay algo que me sorprendió bastante, pero confío en Jeffrey-. Y está ansioso esperando... ¿mi cumpleaños?
-Sí, tu cumpleaños. Cumplir dieciséis años en nuestra gran familia es muy importante...

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Al fin sus corazones se encuentran (2)

Puedo sentir los rayos de sol en mi cara. Intentaré abrir los ojos, quiero saber donde estoy. Desde mi derecha surge una sombra. ¡Ahora sé! Estoy acostada sobre algo blando. Es hierba. La siento en la palma de la mano. La sombra se vuelve a mover. De no sé donde nace una sensación de vacío y soledad, que me recorre hasta mi mano derecha. Cierro la mano. No hay nada en ella. Pero tengo la certeza que en algún momento tuve algo en ella. Otra mano... Puedo sentirlo... ¿en el corazón? Eso sí que es extraño.
Siento movimientos a mi alrededor. Trato de incorporarme. De inmediato, siento una mano en mi espalda que me ayuda a sentarme. 
-Tranquila, despacio -una voz suave y calmada me llega justo desde mi derecha. Abro los ojos. Un hombre moreno con barba me sonríe. Me coge de la mano para ayudarme. Mi corazón anhela otra mano, la que sostuvo anteriormente mi mano, y no la de este hombre. Aún así estoy tranquila. Todo en él inspira paz y seguridad.
-¿Cómo he llegado aquí? -de inmediato los recuerdos sacuden mi mente. Vera. El lobo. El río. La cascada. Cuando estaba cayendo por la cascada alguien me cogió. ¡Mis padres! Estarán preocupadísimos. No puedo llamarlos, el walkie se me  cayó mientras estaba escapando del lobo. ¡Un lobo!
-No te preocupes ahora por nada. Te llevaremos junto a ellos, cuando el bosque sea seguro. Tú descansa, que semejante susto no se lleva todos los días. 
El hombre seguía sonriendo. No sé por qué. Escuché un murmullo de voces. Intenté girarme, pero mi cuerpo aún no me responde. Agucé el oído. Para mi asombro, oía aquellas personas a la perfección. En realidad, todos mis sentidos están más despiertos que nunca desde que ese alguien desconocido me salvó de morir ahogada. Más bien sentí como mi corazón recordaba y saludaba a su corazón.
-Luke ha desaparecido. Ni rastro de él -esa voz era la de un chico joven, casi de mi edad, creo.
-¡No puede ser! Nadie desaparece en nuestros bosques y menos delante de nuestras narices -la persona que le respondió era mayor que el primero, quizás unos veinticinco años.
-JD aún no ha vuelto. Todavía sigue buscándolo.
-Cuando me crucé con él, estaba furioso. Ese chico siempre siente muy fuerte.
-Sí, nunca puedo estar muy cerca de él en este tipo de situaciones. Puedo incluso perder el control. ¿Qué hay de la chica?
-De momento está bien. Cuando nos reunimos aquí la dejó en manos de Jeffrey y se fue tras Luke.
-Al menos la ha vuelto a encontrar. Espero que no tengan que volver a separarse. Sus corazones no lo soportarían.
-Tienes razón, Eric. Una vez es horrible, pero dos... Eso ya es la muerte.
Apenas me moví durante la conversación de los dos chicos. Habían estado buscando a Luke. ¿De qué me sonaba ese nombre? Mi corazón lo reconoce, pero no conozco a ningún Luke. Es raro. Y cuando han hablado de sus bosques, automáticamente mi corazón sobreentendió nuestros bosques, como si yo formara parte de su grupo. No lo entiendo, si yo no les conozco. Cuando mencionaron a JD, mi corazón se aceleró, sin motivo. Como si lo hubiese estado esperando toda la vida y al fin lo encontré. Sin embargo, mi corazón lo llama de otra manera, aunque no sé como...
Así que el hombre que está conmigo se llama Jeffrey. Alcé la vista y le miré a los ojos. Seguía sonriéndome, esta vez solo con sus ojos. En realidad su cara estaba muy seria. Parecía estar explorando mi interior, mi mente, mi corazón. Otra cosa más... ¿La ha vuelto a encontrar? ¿A quién? Yo sentía que era yo esa chica de la que hablaban. Pero en realidad, no me lo creo del todo. Es imposible. Por otro lado cuando mencionaron a los corazones, lo hicieron como si fueran personas iguales a nosotros y no se tratara de un órgano. Es curioso. En cambio, ahora mismo puedo sentir al mío y entenderlo como a un amigo que al mismo tiempo forma parte de mi interior. Y lo más chocante... Ya han estado juntos una vez y tuvieron que separarse. Pero... ¿quién? ¿JD y yo? ¿Luke y yo? ¿o JD y otra chica? Solo pensarlo fue doloroso, como si me clavasen miles de agujas en el corazón.
-Tranquila. No te preocupes ahora por eso. Tu corazón tiene todas las respuestas pero aún no puede recordarlas. Es muy pronto -esto ha sido de lo más insólito... ¿cómo sabe todo lo que tengo en mente, o mejor dicho todo el lío que tengo en mente?
Oí pasos a mi espalda junto a los dos chicos. Jeffrey también los oyó. Giró la cabeza y se puso aún más serio. Mi corazón de repente ansió otro corazón. Ese reencuentro. Cada célula de mi ser estaba pendiente de sus movimientos. Oyéndolo con mis oídos. Imaginándomelo con mi mente. Sintiéndolo y anhelándolo con el corazón. La conversación que mantuvieron no me importaba, solo necesitaba escuchar su voz.
-¿Lo has encontrado JD? -le preguntó Eric, el chico de mi edad.
-No, Luke es bastante rápido. Aprovechó la confusión para huir. Como lo vuelva a ver, lo mato...
¿¡Josh!?